¿Los niños deberían acudir a los funerales?
Si los niños deben o no acudir a los funerales, es una pregunta frecuente, para la cual, no existe una respuesta correcta. Es decir, la respuesta dependerá de muchos factores, como la edad del menor, o la cercanía de la persona que falleció.
Es importante mencionar, que este artículo aborda el caso en el que la persona que falleció es una persona cercana al menor, por ejemplo alguno de sus papás, hermanos, abuelos, tíos o en general alguien cercano al menor, ya que en cualquier otra circunstancia, podríamos decir que es innecesario enfrentar a un menor a una experiencia que puede resultar estresante y traumática, ya que en un funeral el ambiente es de tristeza y duelo, además que puede ser que algunos adultos se encuentren en situación de shock por la pérdida de un ser amado, dando rienda suelta a sus emociones.
Por otro lado, puede resultar inadecuado que un niño, que realmente no tiene nada que hacer en ese lugar, esté jugando o con un comportamiento inapropiado para un momento de profundo dolor para algunos de los asistentes.
¿En qué edades los niños comienzan a estar conscientes sobre muerte?
En el caso de que el menor sí sea cercano a la persona que falleció, entonces debemos considerar la edad del menor. Por ejemplo, un menor de 0 a 5 años no entiende todavía el concepto de la muerte, por lo tanto, tendría poco sentido enfrentarlo a un evento como un funeral. En caso de que la persona fallecida sea alguien muy cercano como su mamá o su papá, se puede considerar la opción de llevarlo un momento a que se despida, pero de ninguna forma que acuda al funeral por periodos prolongados o incluso pernoctar toda la noche, como en la mayoría de los funerales.
En caso de niños mayores a 5 o 6 años, la situación es diferente. Los niños están en contacto con la muerte mucho antes de lo que los adultos queremos admitir. De hecho, la práctica de apartar a los niños de los servicios funerarios es relativamente frecuente. En épocas pasadas, los funerales se llevaban a cabo en el domicilio del difunto, y los niños participaban sin restricciones en el evento.
Así también, es importante que los niños tengan un tiempo y un espacio para despedirse de un ser amado. Los funerales, son rituales hechos para los muertos, pero también para los vivos creando un espacio para decir adiós a un ser amado. Es importante no negar a los niños esa oportunidad.
¿Qué otras consideraciones se deben tomar en cuenta para el bien de nuestros niños?
En todo caso es importante preguntar a los niños si quieren o no participar en el funeral y no forzarlos. Por otro lado, es importante que estén acompañados de un adulto en todo momento, quien pueda responder preguntas o inquietudes, o en todo caso consolarlos, durante los servicios.
Un niño en un funeral es una situación que a más de alguno le puede partir el corazón. Sin embargo, debemos considerar que ellos también tienen derecho a despedirse y a participar en los rituales para despedir a un ser amado. ¿Ustedes que opinan?