Las diferentes caras de los duelos (covid19)
Desde la infancia nos han educado a resistir los cambios. Dificultándonos la aceptación del ciclo natural de la vida, generando falta de consciencia hacia el hecho de que todo a nuestro alrededor está en continua transformación; que nada es eterno, simplemente transitorio y que nuestra propia vida es un constante cambio.
La falta de esta información nos lleva a experimentar los duelos con sufrimiento y surgen sentimientos de culpa e injusticia al momento de enfrentar una pérdida inevitable. Es imprescindible darnos cuenta que en realidad somos expertos cuando se habla de pérdidas, ya que cada minuto de nuestro existir está repleto de ellas. Lo esencial aquí es no olvidar que somos seres espirituales y no materiales.
Hoy la situación en la que nos pone el COVID-19 nos hace recordar que lo más valioso que tiene un ser humano es su propio ser. De una manera u otra nos hace encarar con nuestros miedos y a su vez con nuestras fortalezas. Nos impulsa tener empatía hacia los demás, recordar la importancia de cómo nos relacionamos con los que nos rodean y como cada persona necesita de la otra.
Asimismo nos hace reflexionar sobre las distintas realidades que vivimos, nos enseña a no juzgar y a ser solidarios. El temor a perder la vida o la salud nos ha llevado a adaptarnos al distanciamiento social. A algunos los ha llevado a enfrentar sus propios miedos al no poder llevar a cabo dicho distanciamiento (quienes trabajan en el sector de salud, por ejemplo).
A otros los ha encaminado a fortalecer su fe, teniendo la confianza de que solo es un proceso temporal al que se tienen que habituar. Lo cierto es que a pesar de la diferencia de contextos nos encontramos en un proceso colectivo de duelo social, donde experimentamos diferentes pérdidas como el sentido de seguridad, empleos, libertad, rutinas, rituales culturales y relaciones significativas.
Del mismo modo también nos enfrentamos a pérdidas igualmente importantes, como sueños, proyectos, anhelos, ideales, entre otros. Incluso está la posibilidad de llegar a experimentar un duelo ambiguo si se llegara a enfrentar un diagnóstico de enfermedad o fallecimiento por COVID-19, lo cual sería un generador de incertidumbre ante la separación física y psicológica, pues en estos casos se aísla completamente al paciente.
Al no interiorizar que estamos viviendo diferentes tipos de duelos colectivos, cabe la posibilidad de no detectar nuestros cambios emocionales, como tristeza, frustración, enojo, ansiedad, desapego, violencia, miedo a morir o hasta tenerla sensación que ‘hoy ya no se está viviendo’.
Dichos cambios se pueden ver reflejados como alteraciones de la dinámica familiar, desánimo académico, deterioro en desempeño laboral, agotamiento excesivo, desinterés, falta de concentración o la consideración de renunciar a todo.
De esta manera, hoy en día nos enfrentamos a nuestras pérdidas con todas aquellas alteraciones. Donde una misma pérdida tiene un significado diferente para cada uno, debido a que cada uno la experimenta de manera distinta. Y donde el impacto emocional dependerá de varios factores como el tipo de vínculo con lo perdido, tus creencias asociadas ante la pérdida, tu economía, estatus tu rol familiar y las herramientas de resolución emocional que tengas.
Mediante este escrito quiero hacerte saber que no estás solo, que entiendo completamente lo que sientes porque así como tú, lo vivimos todos. Claro que de maneras diferentes, pues nuestros contextos no son los mismos.
De igual manera quiero que sepas que hay otras opciones de vivir los duelos, donde la esperanza, la compasión, la fe y el amor te lleven al equilibrio, a la tolerancia, al autocontrol y a reinventarte sin juzgarte a ti o a los demás. Que te conduzcan a darte cuenta que sigues vivo y que aunque algunas cosas externas hayan cambiado, tu ser sigue siendo el mismo, continua intacto.
Te invito a confiar en ti mismo y a que nos focalicemos en nuestra realidad. Que nos reconozcamos como seres responsables, ya que si estamos viviendo en distanciamiento social es porque nos estamos cuidando a nosotros y a los demás.
Empecemos por expresar lo que sentimos, identifiquemos nuestras emociones, generemos respuestas a nuestra incertidumbre basadas en realidades, potencialicemos nuestras fortalezas, tengamos orden en lo que pensamos y actuamos.
Seamos congruentes en nuestro actuar como en nuestro pensar. Reconozcamos que vivimos rodeados de una gran red de apoyo y que somos seres completamente adaptativos, porque de eso se trata nuestra vida, de adaptarnos a nuevas situaciones ya sean positivas o (si parecieran ser) negativas. Aunque el día de hoy pudieras sentir miedo, desesperanza o soledad, en la certeza de que esto solamente es pasajero, en algún momento pasará y se convertirá en parte de nuestra historia de vida, en un regalo de sabiduría que nos permitirá resolver situaciones futuras y desarrollar nuevas fortalezas.
¡Tratémonos con cariño ,tolerancia, compasión y gratitud! Porque somos más de lo que pensamos, porque vivimos más en imágenes que en realidades, simplemente porque tú eres capaz de crear tu propia historia con tus propias circunstancias de vida.
“Nunca Olvides que eres un ser espiritual y adaptativo”
Karla A Rodríguez