La brevedad de la vida
La vida es más breve de lo que pensamos pero pocas veces nos percatamos de ello.
Muchas veces nos preocupamos demasiado por errores del paso o por la incertidumbre del futuro y nos olvidamos de vivir el presente. Sabemos que debemos disfrutar cada día al máximo pero no solemos llevarlo a la práctica. Recuerda que cada día es un regalo y nadie tiene asegurado un mañana.
Disfruta a tu familia.
La familia es lo más importante de la vida. Regálales la mayor cantidad de tiempo posible y disfruta de su compañía, quizá el día de mañana ya no sea posible seguir compartiendo juntos, pero los recuerdos vivirán por siempre en ti.
Agradece.
Cada día es un regalo. Agradece diariamente por las oportunidades que la vida te ofrece. Las cosas sencillas como tener un hogar en donde descansar y contar con comida en tu mesa son grandes bendiciones.
Perdona.
Los rencores te impiden seguir con tu propia vida. Perdona y trabaja en encontrar la paz en ti mismo para que puedas sentirte pleno y feliz. No puedes controlar las acciones de los demás, pero sí puedes controlar como reaccionas ante ciertas situaciones.
Viaja.
Al final de la vida, importarán más los recuerdos y las experiencias que acumulaste que las cosas materiales. Recuerda que ningún sueño es imposible, trabaja duro por cumplir esas metas y conocer esos lugares que siempre has deseado.
¿Y tú, qué haces para disfrutar cada día?