Duelo prental
“Perdida del futuro planeado”
Y bien, el día de hoy quiero compartir con todos ustedes algo de lo que poco se habla en la sociedad, y es la muerte perinatal que es definida como la pérdida tras el fallecimiento de un bebé qué comprende el período de la semana 22 al séptimo día de nacido el bebé, y cuando esto sucede surgen muchas dudas y las respuestas son escasas ¿Qué debemos hacer? ¿Qué debemos decir? ¿Qué debemos sentir? ¿Cómo debemos actuar?
Sí, hablar en plural es lo adecuado ya qué es mamá, papá y en su caso hermanos quienes experimentan la pérdida, no se está preparado para un acontecimiento de tal magnitud, se supone que estamos creando vida, nos preparamos durante mucho tiempo para nacer a la vida y nos encontramos con una frase escalofriante, “no hay latido” vemos que lo que nace no respira, no se mueve está inerte, el dolor se vive con gran intensidad sin importar las semanas de gestación qué ha tenido el bebé, un duelo perinatal es poco reconocido en la sociedad a veces conocido como duelo desautorizado, hoy en día no existen protocolos unitarios de como actuar con las familias en un proceso tan difícil y la forma de manejar las emociones que conllevan.
Primero hay que buscar ser empáticos con los dolientes buscando una comunicación de afecto para con las familias orientándolos y ayudándolos en el qué hacer.
Muchas veces la primera reacción de los padres es no querer ver al bebé, sienten cierto rechazo por el qué los ha abandonado aún sin haber nacido, sin embargo muchos expertos coinciden qué el proceso de duelo será más fácil si llevamos estos sencillos pasos.
Ponerle un nombre al bebé, darse la oportunidad de verlo, tomar una fotografía, crear una caja de recuerdos con pequeñas cosas que se tengan de ese ser que llegaría a sus vidas.
Reconocer que es una muerte y la importancia para poder llorar y sufrir la pérdida.
Hablar en familia ya qué el acontecimiento puede romper la relación, pero si se supera en conjunto se crearán lazos de unión muy fuertes.
Asistir a grupos de apoyo, parejas o familias qué han pasado por algo similar.
La vida nos ha puesto en un camino el cual hay que andarlo, atravesarlo, vivirlo a pesar de los imprevistos, el duelo es único y personal, se aprende a vivir con él, se cataloga como una cicatriz que duele y deja marcada la piel y posiblemente algún día en el futuro podamos mirarla con amor pues hemos evolucionado y comprendido qué todas las experiencias de la vida nos han forjado en seres humanos qué sienten y trascienden .
Tanatóloga Olga Vera Hernández